Oro, oro y más oro. Del mismo tono que nuestro particular oro líquido, el AOVE, así se subió Beyoncé al escenario anoche en los Premios Grammy 2017. En su primera aparición pública tras el anuncio de su embarazo de gemelos, la cantante brilló con luz propia sobre el escenario y lució tripita con destellos y toques dorados.
Beyoncé apostó por un vestido ajustado, con transparencias y repleto de pedrería que combinó con una gran corona dorada de flores. En su actuación realizó todo un homenaje al matriarcado a través de la proyección de hologramas de su madre, hija y hermana. Todas ellas en tonos dorados, un homenaje más que evidente a la feminidad y al poder de las mujeres.
‘El Nacimiento de Venus’ de Boticelli, ‘La Última Cena’ de Leonardo da Vinci o Cleopatra. Las referencias al arte, la historia y a la mitología no cesaron en una actuación que quedará para siempre grabada en el imaginario de 2017. Una de las actuaciones más espectaculares y con más Olea jamás vistas en una gala de los Premios Grammy.