¿Has planeado ya tus vacaciones de verano? ¿Tu destino es la playa? Cuando empieza el verano y sube la temperatura, tendemos a usar prendas más ligeras que hacen que nuestra piel esté más expuesta al sol. La exposición solar es aún más alta cuando estamos en la playa, por ello es imprescindible utilizar una buena protección solar, como mínimo de SPF 30. No podemos olvidarnos de volver a aplicar la crema de sol después de cada baño y cada dos horas, pasado ese tiempo la piel la absorbe y es como si no llevaras nada.
Cuando pasamos una larga jornada al sol, si no protegemos la piel, la estamos resecando, sufre quemaduras, manchas y fotoenvejecimiento. Además, se recomienda evitar la exposición directa al sol durante las 12:00 y las 16:00 horas para que la piel no se queme y evitar una insolación o una bajada de tensión. Si quieres salir y disfrutar del día en esa franja horaria, cobíjate siempre bajo una sombrilla, pérgola o toldo.
Consejos para cuidar la piel si tu destino es la playa
1. En verano la piel se reseca más que en invierno debido a las altas temperaturas, el cloro o el salitre. Por ello, es importante mantenerla bien hidratada. Aplica una buena capa de crema hidratante o after sun por la mañana y por la noche, todos los días sin saltarte ni uno.
2. Hidrata la piel desde dentro. ¿Cómo? Bebiendo mucha agua, en verano es imprescindible. Cuanta más agua bebamos, más hidratada estará nuestra piel, así evitamos que se seque, escame o cualquier otro tipo de irritación.
3. Si tu piel se ha quemado en la playa, evita calmar el calor con agua fría del grifo, porque ésta contiene mucha cal e irritará tu piel. En su lugar, utiliza un algodón empapado en una loción limpiadora suave sin alcohol o agua termal fría recién sacada de la nevera.
4. Para la sensación de picor aplica un yogur o un tomate triturado bien fríos. En los días siguientes, evita ponerte al sol para que no se te pele la piel y aplica crema hidratante constantemente. Lo mejor para las quemaduras es el aloe vera puro o algún aceite de rosa mosqueta. En el caso de que la quemadura sea grave, acude inmediatamente a un dermatólogo.