La técnica del piercing o del tatuaje se han convertido a lo largo de los años en un modo de decorar el cuerpo y también el pecho. Centrándonos en el arte del tatuaje, existen pros y contras de hacerlo en esta zona tan delicada.
Tatuajes en el pecho
Estos se fijan en la piel a través de múltiples pinchazos que traspasan la epidermis. Fijando la tinta en la dermis y formando una herida que necesita de gran atención, cuidado y una gran higiene. A pesar de que hoy tenemos tintas orgánicas, existen lugares que siguen utilizando tintas que contienen sustancias tóxicas. Sobre todo aquellas utilizadas para dar color.
No está demostrado que si se ha realizado un tatuaje manteniendo la normas máximas de seguridad, esté contraindicado para la salud. Aunque sí es cierto que puede ser un factor para el desarrollo del cáncer de piel. Al tatuar zonas que presentan lunares, en el caso de presentar alguna anomalía (crecimiento, cambio de forma y color), no podrá observarse debido al tinte que lo cubre. Por ello, lo que no es recomendable es realizarlo en las zonas donde la piel presente lunares. Además la tinta se aloja en unas células llamadas macrófagos cuya función es precisamente absorber el material extraño al organismo». Afirma Marta Fernández Cuevas, creadora Pillow Bra y experta en cuidado del escote y seno.
“Los tatuajes no son tan sólo una manifestación de arte corporal. Muchas mujeres han recurrido a esta técnica para dar el toque final en la reconstrucción de sus senos después de haber sido sometidas a intervenciones debido a un cáncer de pecho. Utilizándolo para minimizar los efectos que el cáncer ha dejado en sus senos. Bien para ocultar sus cicatrices o bien para recuperar la aureola o pezón” .
Pecho y Piercing, ¿conoces sus riesgos?
En el caso de los piercings, es muy común en nuestra sociedad. Realizándose estas perforaciones en el ombligo, labio, lengua, nariz, orejas, genitales, o incluso pezones. Las consecuencias físicas, no sólo es de todos ellos el que más dolor puede provocar al realizarlo, el que mayor tiempo de curación precisa. Sino el que también, en un futuro puede afectarnos, por ejemplo, cuando se decida ser madre, ya que influye negativamente al acto de amamantar al bebe.
Cualquier perforación en el cuerpo está sujeta a un alto riesgo de infección. Dada la naturaleza de esta zona, la curación de la herida provocada por el piercing es larga. Los pezones tardan más en recuperarse que cualquier otra parte del cuerpo de ésta práctica. Se estima que puede prolongarse entre 18 meses y tres años en algunas mujeres. Por lo tanto, durante todo el período el riesgo de infección persiste. Pudiendo, además, dar lugar a la formación de alguna desagradable cicatriz.
Entre los riesgos potenciales podemos destacar la formación de bolsitas de pus debajo de la piel. Galactorrea (secreción espontánea de leche), daños en los nervios,. También hemorragia, quistes de sangre, reacciones alérgicas, formación de quistes, queloides (exceso del crecimiento de la piel durante el proceso de cicatrización) e incluso el contagio de alguna enfermedad como la hepatitis B y C y aunque en menor medida también el VIH (SIDA).
A pesar de todo ello, está confirmado que un piercing mamario no provoca cáncer de mama. Aunque algunas mujeres han confundido los síntomas, al presentar su pecho un endurecimiento del tejido circulante provocado por una reacción al metal.