Detrás del color de los alimentos se esconde información relevante sobre lo que aportan a nuestra salud y bienestar. Estos alimentos se clasifican en cinco grupos cromáticos: verde, amarillo-naranja, rojo, morado y blanco. Graciela Moreira, experta en nutrición y cocina de PronoKal Group, explica la relación entre los colores de las frutas, las verduras y sus nutrientes.
1. Verde: El color que más abunda en la naturaleza. Está presente en la alcachofa, acelgas, brécol, espinacas, lechugas, espárragos, kiwi, aguacate, etc. Son ricos en magnesio, favorecen la relajación muscular y disminuyen la sensación de cansancio; ácido fólico, importante durante el embarazo para que el bebé se desarrolle adecuadamente; luteína, antioxidante y fibra y potasio; que mejoran la digestión, previenen el estreñimiento y enfermedades cardiovasculares.
2. Amarillo y naranja: Las frutas y verduras de estos colores ayudan a mantener una piel sana y a reforzar nuestro sistema inmunitario. En este grupo encontramos la zanahoria, calabaza, mango, cítricos o melocotón. Estos alimentos contienen antioxidantes como el beta-caroteno, que nutre y protege la piel, potasio, ácido fólico y vitamina C, un poderoso antioxidante que ayuda a la absorción de hierro.
3. Rojo: Este grupo lo componen alimentos como el tomate, el pimiento rojo, la fresa y la frambuesa. Son una gran fuente de vitamina C, magnesio y además contienen fitoquímicos, que previenen varios tipos de cáncer y ayudan a disminuir el riesgo de enfermedades del sistema urinario.
4. Morado: Los alimentos de este color combaten el envejecimiento y disminuyen el riesgo de algunos tipos de cánceres. A este grupo pertenecen la remolacha, berenjena, arándanos, ciruelas, higos, moras o uvas negras. Son ricos en antioxidantes y fitoquímicos.
5. Blanco: Ajo, cebolla, puerro, pepino, setas, coliflor, manzana, pera o melón son algunos de los alimentos blancos que aportan fotoquímicos como las antoxantinas o la inulina. Estos ingredientes naturales se asocian a una reducción de accidentes cardiovasculares o ictus.
A pesar de estas características diferenciadas, todas las verduras y frutas tienen beneficios comunes: son depurativas, tienen bajo aporte de sodio y un alto contenido en agua que favorece la diuresis. Además, gracias a la fibra, ayudan a regular la función intestinal, la glucemia y el colesterol.