«¿Correr en ayunas? ¡Imposible! ¡me marearé!». No, si se sabe cómo y se siguen unas pautas. Entrenar en lo que se denomina como ayuno estratégico no es una moda, es una forma de aumentar el rendimiento y conseguir que el deporte realizado sea más efectivo y beneficioso. En los 30 últimos años, se ha extendido la práctica del ejercicio en ayuno en toda Europa. Numerosos científicos abogan por salir a entrenar en ayunas. La razón es que existen una serie de consecuencias muy beneficiosas de poner en marcha esta práctica. Jesús Domínguez, Director Técnico de MiAyuno, fisioterapeuta, osteópata y coautor del libro Miayuno, analiza cuáles son las principales.
Ya lo hacían nuestros ancestros: cazar para comer
Hacer deporte en ayuno estratégico consiste en entrenar 4 horas después de la última ingesta de alimentos sólidos o bebidas con poder calórico. Esto es una forma de practicar deporte en realidad más coherente con la fisiología. Está basada en estudios que han confirmado que esto es algo que se realiza desde hace millones de años. De hecho, “nuestros ancestros salían a cazar/ recolectar (actividad física) cuando ya no tenían alimentos, una vez los conseguían, comían y entonces descansaban. Esto se conoce como el ciclo de FIESTA-AYUNO” afirma Jesús Domínguez.
Mejora el rendimiento aeróbico muscular
Una de las principales ventajas de seguir esta práctica de ayuno-deporte es que se mejora el rendimiento aeróbico muscular. De esta forma, se favorece una mejor oxigenación de los tejidos
Y también el anaeróbico muscular
Otra de las consecuencias es la mejora del rendimiento anaeróbico muscular. Esto implica que las fibras musculares puedan producir más energía.
Mejores músculos
También los músculos lo agradecen. Se genera un tipo de fibra muscular que es más rica en mitocondrias y, por lo tanto, mucho más potente, elástica y resistente.
Recuperación más temprana
Además, con la práctica del ayuno estratégico se ayuda a la recuperación. Un mejor metabolismo muscular aeróbico implica una disminución de la producción de ácido láctico y, al mismo tiempo, se favorece su eliminación. Todo son ventajas puesto que los depósitos de glucógeno muscular se recuperan antes.
Grasas mejor metabolizadas
Las grasas se metabolizan mejor. El organismo activa mecanismos que permiten emplear reservas de grasa para producir energía.
Más felices
Y está comprobado que salir a correr, ir al gimnasio, nadar… en ayunas, hace que uno esté más contento y afronte el día con mejor ánimo. Al degradar la grasa para producir energía se producen cuerpos cetónicos que son utilizados por el cerebro como fuente de energía, además, al mejorar la oxigenación en general, el cerebro tiene más energía disponible, lo que se traduce inevitablemente en una mejora del estado de ánimo.
Y satisfechos
Y, como todo son beneficios, la satisfacción es mayor. Entrenar practicando el ayuno estratégico conlleva ventajas tanto físicas como emocionales, por lo que pronto se consigue la recompensa de hacer deporte.