El vino no es una bebida que entienda de temporadas. Sin embargo, podemos decir que hay vinos más adecuados para algunas fechas. Bien por los platos que acompañan, bien por la temperatura, o sencillamente porque van mejor con la tranquilidad del otoño. Si blancos ligeros y rosados son por lo general más adecuados para primavera y verano, en otoño pensamos en otros vinos.
¿Cómo escoger el vino perfecto para cada ocasión?
Desde Turismo de vino, portal líder en enoturismo de España, señalan en esta nueva estación que comienza que dado que la gastronomía cambia, el vino, su tradicional acompañamiento, también lo hace: “La mayoría de platos de cuchara son comidas elaboradas pensando en grupo, en un buen número de comensales que se reúnen en torno a una mesa. Este planteamiento es, de por sí, buen motivo para abrir una botella de vino”.
Luis Lechuga, CEO de la plataforma española, mantiene que en esta época una muy buena opción es utilizar cualquier vino que se realice usando el método de maceración carbónica. «Los vinos de maceración carbónica son los primeros en salir de la bodega y llegar al mercado. Esta realidad ha dado fama mundial al fenómeno del ‘beaujolais’ ‘nouveau’, un vino de la zona de borgoña, realizado con uva gamay, que es el primero en llegar al mercado cada año, a las pocas semanas de haber sido recolectada la uva con la que se realiza”, explica.
Maridaje de vinos con platos de cuchara típicos otoñales
Cocido o cocidos. El cocido se elabora en muchas regiones de nuestra geografía. Plato ancestral en España, juega en él la carne un papel fundamental. Esta base de carne y su contundencia recomiendan un vino tinto. No obstante, este vino no debe contar con mucha crianza en roble, pues en el cocido la legumbre juega un papel primordial, y nos decantamos por un tinto de cuerpo medio.
La fabada asturiana. La sidra es un buen acompañante para la fabada. La abundancia de chorizo y el pimentón de la receta pueden desaconsejar los tintos más potentes. Por tanto, es recomendable probar con blancos envejecidos en barrica e incluso con un espumoso seco.
Maridaje de vinos también para platos exóticos
Tajine. En esta versión del cocido de origen árabe, las especias son más abundantes. De hecho, este carácter especiado hace que debamos decantarnos por vinos con cierta complejidad, pero que mantengan frescura frente a las especias. Un rosado de navarra puede ser una opción perfecta para estos platos.
Estofados. El mejor maridaje para un estofado de carne es un vino similar al que se ha utilizado para su elaboración. Desde el portal líder en enoturismo en España aconsejan maridar estos estofados con un vino de similares características, pero mejor calidad que el usado para la elaboración.
Platos con setas y frutos secos. El otoño es tiempo de estos productos. Las setas muestran un contraste interesante con el reposo y capacidad para envejecer de muchos vinos. Se puede disfrutar de unos boletus con un vino blanco que haya sido criado en barrica de roble como por ejemplo el vino de bodegas Campo Eliseo Hermanos Lurton 100% verdejo.
Maridaje de vinos con platos calientes
Sopa de ajo. Los componentes tradicionales de esta contundente receta (huevo, pan, ajo, jamón) aconsejan maridarlo con un vino tinto joven. Aunque una buena opción puede ser también un blanco con cuerpo como los de uva chardonnay.
Cremas calientes de verduras. Este tipo de plato ‘casan’ muy bien con vinos blancos secos y que no resulten muy afrutados (como los de la variedad viura o la garnacha blanca). Además, con blancos en general con una ligera crianza en barrica. Tintos jóvenes de tempranillo o mencía pueden ser también muy buena opción.
Consomé. Un maridaje clásico para este plato caliento es el oloroso seco de Jerez o vinos de Málaga, Montilla o el Condado de Huelva.