boca sana consejos

La mitad de los españoles (52%) no cumple la recomendación de acudir al dentista anualmente, según el ‘Libro Blanco de la Salud Oral’, publicado por el Consejo General de Dentistas de España y la Fundación Dental Española. “Una incorrecta higiene bucal para una boca sana no solo afecta a nuestros dientes y encías, sino que puede derivar en múltiples patologías a nivel general”, recuerda Eduardo González Zorzano, experto científico de Cinfa.

Diez claves para unos dientes y boca sana

1. No abuses del azúcar y los carbohidratos refinados

Reducirás las posibilidades de padecer caries o problemas en las encías si reduces en tu dieta el aporte de hidratos de carbono y evitas los dulces y bebidas azucaradas. Si los ingieres, recuerda cepillarte los dientes posteriormente.

2. Limita los picoteos entre comidas

Sobre todo, si no cuentas con la opción de lavarte los dientes después. La placa bacteriana comienza a formarse tan solo veinte minutos después de comer. Evita también los alimentos antes de dormir si ya te has lavado los dientes.

3. Cepíllate los dientes cuidadosamente

Lo ideal es hacerlo después de cada comida, pero, si no existe otra opción, al menos debes cepillarte los dientes por la mañana y antes de irte a dormir. La operación debe durar entre dos y tres minutos y realizarse con una suave presión y pequeños movimientos circulares hacia delante y hacia atrás.

4. Renueva tu cepillo cada tres meses

O cuando las cerdas comiencen a verse gastadas. Es preferible que estas sean suaves para evitar que dañen el esmalte dental y que la cabeza del cepillo sea redondeada. Por otra parte, aunque no hay evidencia científica, parece que, en ocasiones, los cepillos eléctricos pueden resultar más eficaces que los manuales.

5. Usa dentífricos de baja abrasividad con flúor

Aunque el agua potable suele está fluorada, es conveniente optar por pastas de dientes que contengan flúor en su fórmula. Está demostrado que esta sustancia previene las caries. Así mismo, existen en el mercado fórmulas innovadoras con agua termal, que contribuye a reequilibrar el ecosistema bucal y aporta las sales minerales y los oligoelementos necesarios para una buena mineralización de los dientes. Otra opción -adicional al cepillado y que nunca debe sustituirlo- son los enjuagues bucales de uso diario, preferiblemente, antes de ir a dormir. Debes mantenerlos en la boca durante el tiempo indicado y no comer ni beber en los siguientes veinte o treinta minutos.

6. Aprende a usar hilo dental, cepillos y sprays interdentales

El hilo dental se introduce entre los dientes con movimientos suaves de vaivén y sin tocar las encías, para eliminar los restos de alimentos ocultos en los espacios interdentales. Si lo usas solo una vez al día es mejor que lo hagas antes de acostarte. Otra posibilidad es usar un cepillo interdental, que llega a donde los normales no lo hacen, o sprays interdentales que, además de limpiar profundamente, reducen la irritación de las encías.

7. No olvides cuidar tus encías

Sobre todo, si las tienes muy sensibles, recurre a un dentífrico especial y cepillos de cerdas blandas. Cepíllate con suavidad con movimientos horizontales, pero no inmediatamente después de comer, ya que hay una mayor secreción de ácidos.

8. No fumes

El tabaco disminuye la secreción de saliva, favoreciendo la aparición de bacterias y desequilibrando el ecosistema oral. De este modo, aumenta el riesgo de padecer caries o enfermedades de las encías. Como la periodontitis, además de producir halitosis.

9. Acude a tu odontólogo regularmente

Debido a que ni siquiera un cepillado profundo consigue eliminar por completo la placa dental, las limpiezas bucales están recomendadas cada seis o doce meses. Igualmente, debes realizar una revisión de tus dientes al menos una vez al año.

10. Inculca a tus hijos una buena higiene dental

Conciénciales de la importancia de no comer dulces entre horas y de cepillarse los dientes después de cada comida. Explícales cómo deben hacerlo y controla cómo se cepillan hasta que desarrollen una rutina adecuada. Esto suele ocurrir a los 7 u 8 años. Recuerda, en todo caso, que tú eres su mejor ejemplo.

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