¿Podría una fuerte autoestima haber impedido un suicidio adolescente como el recientemente achacado al “juego de la ballena azul”? La respuesta se inclina sin duda hacia el sí, puesto que, en palabras de Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, “para acabar entrando en este tipo de juegos intervienen diversos factores psicológicos como la necesidad de reconocimiento, el miedo al rechazo y la deseabilidad social”.

Los tres elementos implican una merma importante en la autoestima, que es el valor que le damos a lo que somos. Junto al autoconcepto, cómo nos percibimos, se forja desde la más temprana infancia, donde resulta de vital importancia lo que creemos que somos para nuestros padres, hermanos y también primeros amigos. De ahí el valor de las relaciones afectivas, sólidas y positivas, en el entorno familiar temprano.

Si la infancia es clave en nuestro desarrollo personal, la adolescencia es vital. Los cambios físicos, a veces acompañados de pequeños complejos y vergüenzas, pueden menoscabar la seguridad conseguida en los primeros años. También en este periodo comienza a establecerse la identidad personal y aparecen las relaciones sentimentales, que, a menudo, en esta época de la vida se viven con intensidad y desilusión. En este sentido, debemos ayudar tanto a chicos como a chicas, explica Pilar Conde, a establecer “relaciones simétricas saludables”, es decir, a crear una pareja en la que ambos miembros puedan confiar en sí mismos y en la otra persona.

A pesar de su gran valor en nuestra vida, la autoestima se mantiene y refuerza cada día con pequeños actos como estos:

1. Valora cada día aquellos logros que has realizado.

2. Defiende tus derechos asertivos (por ejemplo, di “no” cuando lo deseas, no asumas la responsabilidad del malestar o bienestar ajeno. Si alguien te critica pregunta a qué se refiere y si no estás de acuerdo, defiéndete).

3. Comete errores y no te castigues por ello.

4. Exponte a hacer el ridículo y comprobarás que no es tan grave como creías.

5. Permite reconocerte de manera pública. Siéntete orgulloso de aquello que consigues.

6. Ante un reconocimiento da las gracias, no infravalores tus logros.

7. No te frenes en conseguir lo que quieres, solo porque tengas miedos.

8. Y, por supuesto, siempre, consulta a un psicólogo si pensamientos negativos sobre ti o tu desempeño en ciertas áreas de la vida te impiden vivirla con toda la plenitud y de forma saludable.

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