abanico

Los diseños de Pepitina Ruiz: complementos seductores con mucho estilo. El abanico se convierte, sin duda, en verano en nuestro fiel compañero. El complemento perfecto que no debería faltar en el bolso de una mujer cuando el calor aprieta.

¿Por qué el abanico nos protege del calor? Se trata de un ventilador portátil, al abanicarnos creamos una corriente aérea que remueve y retira el aire humedecido. Funciona como si fuera un ventilador ya que al retirar este aire que envuelve la piel, facilita la evaporación del sudor y hace que recibamos ese efecto de aire fresco tan agradable.

Vistosidad y funcionalidad, ambas cosas se combinan en los abanicos de Pepitina Ruiz, convirtiéndose en el complemento estrella de los días de verano.

¿Cómo seducir con un abanico de seda natural?

El lenguaje del abanico como instrumento de comunicación surgió, en gran parte, durante la época victoriana. Es decir, las jóvenes casaderas tenían prohibido hablar en privado con los hombres que se cruzaban en fiestas y bailes. Con el objetivo de poner fin al control de sus madres, tías o hermanas mayores, las jóvenes desarrollaron un lenguaje con los abanicos. Este objeto se convirtió en pieza clave en las relaciones personales.

El lenguaje del abanico se enriqueció de gestos y fue de gran utilidad para las mujeres de la época. Se trata, entonces, de un lenguaje sensual y misterioso. Esto es, un arte que ha llegado hasta nuestros días y que está cargado de significados.

El lenguaje del abanico

1. Dejar que el abanico se deslice sobre la mejilla: Te quiero.
2. Mostrar el abanico cerrado: ¿Me quieres?
3. Tocar con el dedo el borde del abanico: Quiero hablar contigo.
4. Abanicarse despacio: Estoy casada.
5. Apoyar el abanico sobre la mejilla derecha: Sí.
6. Apoyar el abanico sobre la mejilla izquierda: No.

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