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La menopausia es una etapa de la vida de la mujer que acarrea para ella cambios físicos y alteraciones anímicas, por lo que es importante conocer bien este proceso fisiológico, que supone el final del ciclo reproductivo femenino, y saber qué medidas tomar para sobrellevarlo de la mejor manera posible.

Eduardo González Zorzano, experto del Departamento Médico de Cinfa, explica que, en torno a los 45 años, “comienza una paulatina disminución de la función ovárica y de los niveles de estrógenos, que culmina con la desaparición definitiva de la menstruación, alrededor de los 50 o 51 años de edad. Este proceso, conocido como climaterio, provoca síntomas como sofocos, alteraciones del sueño o aumento del peso; y también se manifiesta con cambios y signos emocionales: desde enojo, irritabilidad, angustia, tristeza o llanto fácil, hasta la depresión. Si bien en la mayoría de los casos no son problemas graves, sí suelen alterar la calidad de vida de la mujer”. Ante esta sintomatología, lo más importante es mantener una actitud positiva. ¿Cómo hacerlo?

1. Quiérete a ti misma. Es importante que afrontes este momento de tu vida con una actitud positiva y lo veas como una nueva etapa en la que puedes dedicarte más tiempo a ti misma, a vivir nuevas experiencias o a desarrollar aficiones.

2. Realiza ejercicio físico moderado de manera regular. La actividad física produce importantes beneficios cardiovasculares, retrasa la aparición de trastornos y mantiene el peso a raya y los músculos fuertes. Por tanto, intenta luchar contra el sedentarismo caminando entre media hora y una hora al día u opta por otras actividades aeróbicas como el baile, o la bicicleta, u otros deportes como la gimnasia y la natación, siempre de acuerdo a tus posibilidades.

3. Mantén hábitos alimenticios saludables. En esta época de la vida existe una tendencia al aumento de peso y a la aparición de dolencias como la hipertensión arterial o el colesterol alto. Por este motivo, es preciso reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares simples, así como aumentar el de frutas, verduras y cereales, y el de alimentos con calcio, como los lácteos. También el Omega-3 es especialmente importante para la mujer a partir de los 45 años, ya que ayuda a prevenir problemas cardiovasculares y síntomas depresivos, además de reducir la intensidad de los sofocos.

4. Modera el consumo de alcohol y café. Más de dos o tres tazas de café diarias o más de dos vasos de vino al día no son recomendables. Además, así evitarás interferir en las rutinas del sueño, que durante la menopausia suelen verse afectadas de manera natural.

5. Reduce la sal en las comidas. La sal aumenta la tensión arterial, por lo que no hay que abusar de ella. Para no renunciar al sabor, puedes sazonar las comidas con apio o hierbas aromáticas.

6. Huye del tabaco. El tabaco puede adelantar el comienzo de la menopausia, por lo que hay que evitar fumar y, en la medida de lo posible, ser fumadora pasiva. Además, diversos estudios han demostrado que las mujeres que fuman tienen un mayor riesgo de padecer osteoporosis y enfermedades del corazón.

7. Realiza controles periódicos de tu tensión arterial, colesterol y glucosa. Estas revisiones son fundamentales para detectar a tiempo cualquier irregularidad al respecto y realizar diagnósticos precoces.

8. Acude a puntualmente a tus revisiones ginecológicas. Para evitar o minimizar los problemas típicos de la menopausia, es imprescindible que sigas un control ginecológico periódico. El médico valorará la severidad de los síntomas y si debes seguir algún tipo de tratamiento.

9. Evita la automedicación con hormonas u otros medicamentos. Este tipo de tratamientos deben ser evaluados siempre por un profesional sanitario. Además, es muy importante consultar con el médico y el farmacéutico para fomentar el cumplimiento terapéutico y realizar un seguimiento farmacológico.

10. Consulta a tu farmacéutico la posibilidad de tomar isoflavonas de soja. Muchos de los trastornos que afectan a la calidad de vida de las mujeres no requieren de una prescripción farmacológica. El empleo de complementos nutricionales que contengan isoflavonas de soja y lúpulo pueden ser un recurso de gran ayuda para combatir los efectos emocionales y físicos en esta etapa de la vida.

 

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